Su clima suave con más de 300 días de sol al año, sus bellísimos paisajes y playas, su amplísima oferta cultural, sus posibilidades de ocio o relax y la hospitalidad de sus habitantes las han convertido en un lugar cosmopolita visitado desde todos los lugares del planeta, a veces para pasar vacaciones, y a veces para quedarse para siempre.
No es una sorpresa que el aeropuerto de la capital, Palma de Mallorca, sea de los más concurridos de España. Las Baleares nos sorprenden y fascinan; cada isla, con su personalidad autóctona, se diferencia de la otra, y todas tienen en común el que es difícil abandonarlas sin el deseo de volver una y otra vez.